Universidades libres de estereotipos y violencia de género, la tarea que nos convoca a todas y todos
En las universidades, las mujeres enfrentan desafíos que van más allá de la educación. Las casas de estudio deben implementar políticas estrictas contra la violencia de género y asegurar que se tomen medidas enérgicas contra los responsables. Las universitarias deben sentirse apoyadas y valoradas en su camino hacia el éxito académico y profesional y es fundamental desafiar los estereotipos de género arraigados en nuestra sociedad y promover una cultura de respeto y empoderamiento.
Los Principios Interamericanos sobre la Libertad Académica y Autonomía Universitaria, amplía el marco de protección internacional de los derechos de la comunidad universitaria en el continente americano.
Los órganos internacionales entienden que la perspectiva de género es una herramienta clave para combatir la discriminación y la violencia contra las mujeres, ya que busca (…) erradicar la falsa premisa de la inferioridad de las mujeres a los hombres…Ahora bien, en el ámbito universitario en especial en Latinoamérica la transversalización de la perspectiva de género es un concepto en construcción. Teniendo en cuenta diversos factores como:
Estereotipos de género en las carreras universitarias
Los estereotipos de género en las universidades son creencias preconcebidas y generalizadas sobre cómo deben ser y comportarse las personas según su género. Estos estereotipos pueden tener un impacto significativo en el ambiente educativo, limitando las oportunidades y perpetuando desigualdades. En muchas ocasiones, las mujeres son estereotipadas en roles tradicionales y se espera que se centren en carreras relacionadas con las humanidades o el cuidado, mientras que los hombres son alentados a seguir carreras científicas o técnicas. Esto crea barreras para el desarrollo profesional y limita la diversidad en diferentes campos. Es fundamental desafiar y desmantelar estos estereotipos, promoviendo una cultura inclusiva y equitativa en las universidades. Al fomentar la diversidad y el respeto, podemos crear entornos donde todos los individuos tengan igualdad de oportunidades para desarrollar su potencial académico y profesional, sin importar su género.
Entre los esfuerzos por empoderar a las mujeres en la vida académica, el 23 de septiembre de 2023 Aula Abierta inició el Programa de Formación “Derechos de la Mujer y la Libertad Académica” que busca educar a las universitarias con herramientas para documentar y denunciar la violencia contra las mujeres en las universidades.
Baja inclusión y representación política de las mujeres en el gobierno de las universidades
En el ámbito universitario, según cifras de UNESCO en 2020 solo un 18% de universidades públicas en la región latinoamericana tiene a mujeres como rectoras. Ejemplo de esta realidad, el 22 de junio 2023 asumió como Rectora de la Universidad de Chile, la profesora Rosa Deves primera rectora en 180 años de historia de dicha casa de estudio.
Violencia contra la mujer en el entorno universitario
Casos de acoso sexual y la violencia de género en universidades. Desde Aula Abierta en 2022 aplicamos un instrumento a 373 mujeres de distintas universidades venezolanas, y se logró determinar que el 32,7% del total de la muestra manifestó haberse sentido agredida o maltratada, de cualquier manera: física, sexual, psicológica o emocionalmente, en alguna ocasión por el simple hecho de ser mujeres.
Del total de mujeres encuestadas que indican haber sufrido violencia, el 39,1% manifestó que fue víctima de violencia verbal, 30,8% de violencia emocional, un 24,1% indicó haber sufrido de manera combina tanto violencia verbal como emocional y 3% indicó haber sufrido los tres tipos de violencia y el 1,5% fue víctima de violencia física y un 53,6% manifestó ser testigo de hechos de violencia en la universidad.
Violencia basada en género en universidades de Colombia
La violencia basada en género en las universidades colombianas es una problemática que requiere atención urgente. A pesar de los avances en materia de igualdad de género, persisten casos de violencia física, sexual y psicológica que afectan especialmente a mujeres y personas de género diverso. Estas formas de violencia limitan su acceso a la educación y generan un ambiente hostil y desigual en las instituciones académicas.
En marzo de 2022 el Ministerio de Educación colombiano informó sobre 876 casos de acoso sexual, de los cuales 65 procedieron a sanción y 127 fueron archivados, mientras que 684 continuaban en investigación.
En las universidades colombianas existe un sub-registro de casos de violencia de género, dado que apenas desde julio de 2022 fue cuando se implementó de manera obligatoria la necesidad de aplicar Protocolos de Atención a Violencia Basada en Género y Sexual en las instituciones de educación superior.
Según la ONG DeJusticia, para 2021 se conocían 413 denuncias de acoso en 12 universidades colombianas y solo 83 se refieren a acoso sexual. De estas solo en 8 casos aplicaron sanciones. Estas cifras y la gran brecha con las denuncias públicas en las redes sociales sobre acoso sexual en las universidades es evidencia de la falta de garantías y canales seguros de denuncia formal e institucional para las víctimas.
Desde 2017 en Colombia se generó un debate público sobre la violencia basada en género al interior de las instituciones de educación superior especialmente en las redes sociales. A partir de entonces se hicieron públicos centenares de testimonios sobre acoso sexual, violaciones, actos sexuales violentos y prácticas de discriminación, la
mayoría escritos por mujeres estudiantes y personas sexo/género divergentes.
Los relatos escritos en primera persona y publicados en su mayoría de forma anónima cuestionaban tanto el hecho victimizante inicial como la violencia institucional que recibieron por parte de las directivas universitarias aquellas que buscaron su apoyo. En agosto de 2017 la profesora universitaria Mónica Godoy Ferro, quien trabajaba en
la Universidad de Ibagué, Tolima, fue despedida sin justa causa después de acompañar los reclamos y apoyar a un grupo de trabajadoras de esta institución que sufrieron acoso laboral y sexual.
Esta docente interpuso una acción de tutela contra la Universidad de Ibagué por la violación a su derecho a defender los derechos humanos de las mujeres, la cual fue revisada por la Corte Constitucional y en 2018 falló a favor de la docente ordenando su reintegro a la institución mediante sentencia T-239 de 2018 comentada anteriormente. Esta sentencia fue fundamental para proteger a las docentes defensoras de derechos humanos que trabajan al interior de las universidades, ya que, la Corte Constitucional consideró que su despido tuvo bases discriminatorias al entender que la docente se encontraba en medio de una controversia con las autoridades universitarias acerca de cómo abordar las quejas y denuncias por acoso sexual o laboral al interior de la institución. En el fallo la Corte ordenó a la Universidad de Ibagué hacer un protocolo para recepción y gestión adecuada de casos de violencia basada en género.
En julio de 2022, gracias al anterior fallo y otros precedentes en el mismo sentido como las decisiones T-141 de 2015 y T- 426 de 2021, el Ministerio de Educación emitió los Lineamientos para la atención, detección y atención de violencias y cualquier tipo de discriminación basada en género en instituciones de educación superior (IES) para el desarrollo de protocolos en el marco de las acciones de política de Educación Superior inclusiva e intercultural.
A pesar de los avances en los últimos años en Colombia, es evidente que los protocolos para atender este tipo de violencia no son del todo efectivos para proteger los derechos humanos de las mujeres y personas sexo/género disidentes. En algunas instituciones hay un sub-registro de los casos porque persisten prácticas de violencia institucional que revictimizan y ponen en riesgo a las personas denunciantes. Por tal razón, el escrache como ejercicio de denuncia pública protegido por el derecho a la libertad de expresión de víctimas de violencias sexuales y de género sigue siendo una válvula de escape para la impunidad y las barreras de acceso a la justicia para las personas estudiantes, docentes y trabajadoras de las universidades.
En el programa de formación “Libertad académica y otros derechos humanos de los universitarios” de Aula Abierta, la profesora Mónica Godoy, antropóloga y profesora y de la UNAL, expone cómo superar la violencia de género en las universidades.
Violencia basada en género en universidades de Nicaragua
La violencia de género contra mujeres universitarias en Nicaragua es una preocupante realidad que requiere atención inmediata. Estas mujeres enfrentan diversos tipos de violencia, como el acoso sexual, la discriminación y la violencia física. Estos actos no solo afectan su bienestar emocional y físico, sino que también obstaculizan su acceso a la educación y limitan su desarrollo académico y profesional.
En Aula Abierta hemos recibido denuncias sobre casos de estudiantes universitarias que presuntamente habrían sido víctimas de la violencia por parte de miembros de la Unión Nacional de Estudiantes de Nicaragua (UNEN), quienes las habrían “acosado sexualmente para que las estudiantes obtengan sus derechos como bonos de matrícula, alimentación y otros beneficios”.
“Hay casos de estudiantes en zonas rurales que tienen derecho a bonos de alimentación, pero hay denuncias de que funcionarios de la UNEN las obligan a tener relaciones sexuales a cambio de estos beneficios”, denuncia una estudiante en anonimato a Aula Abierta.
La falta de documentación es otra de las graves problemática que afecta a las estudiantes universitarias tanto dentro como fuera de Nicaragua, dificultando la culminación de sus estudios. Esto crea barreras adicionales para su desarrollo académico y profesional. Es necesario implementar políticas y programas que faciliten la obtención de la documentación necesaria, garantizando así que todas las estudiantes universitarias puedan completar sus estudios y acceder a un futuro prometedor.
Aula Abierta y el Grupo de Expertos para los Derechos Humanos en Nicaragua (GHREN) han expresado en reiteradas ocasiones su profunda preocupación por la situación en Nicaragua y han instado al gobierno a respetar y proteger la libertad académica y autonomía universitaria. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos de la ONU y otras organizaciones internacionales, los universitarios en Nicaragua siguen enfrentando grandes desafíos.
El Principio III sobre la No discriminación sostiene:
- Indicadores o motivos: opiniones políticas, origen étnico-racial, nacionalidad, edad, género, orientación sexual, identidad y expresión de género, idioma, religión, identidad cultural, opiniones políticas, o de cualquier otra naturaleza, origen social, posición socioeconómica, nivel de educación, situación de movilidad humana, discapacidad, características genéticas, condición de salud mental o física, incluyendo infectocontagiosa, psíquica incapacitante o cualquier otra naturaleza.
Principio V. Protección frente a actos de violencia:
Actos de violencia
- El asesinato, secuestro, intimidación, acoso, hostigamiento, amenazas, la violencia basada en género y demás agresiones contra las personas en razón de su participación en la comunidad académica o del ejercicio de actividades
- ataques contra instituciones, bibliotecas o laboratorios violan los derechos fundamentales de las personas, coartan la libertad académica y siembran la autocensura en la sociedad.
Obligaciones del Estado
- Prevenir e investigar estos hechos, sancionar a sus autores; proteger a las víctimas y asegurar una reparación adecuada independientemente de si los hechos lesivos ocurrieron por vías analógicas o digitales.
- Aplicar un enfoque que reconozca y responda a los impactos y modalidades diferenciadas e interseccionales de violencia física y psicológica de acuerdo con los estándares interamericanos
- Deben reconocer las circunstancias en las que las controversias y discusiones académicas se degraden en fenómenos de intimidación y acciones que promueven la cancelación a priori de perspectivas diversas, incluyendo aquellas que ofenden, resulten chocantes o perturban a las mayorías.
Principio XV: Dialogo inclusivo en el marco de la educación superior
- Los Estados tienen la obligación de fomentar espacios de diálogo entre todas las partes interesadas e involucradas en la actividad académica con el fin de promover el debate sobre el respeto y garantía de la libertad académica y la implementación de estos principios.
En Derecho Internacional, nadie duda de la condición de vulnerabilidad de las universitarias, periodistas, miembros de
oposición política, defensoras y defensores de derechos humanos en contextos específicos, sin embargo nada o poco se dice de las y los universitarios en contextos de restricción del espacio cívico. Para el Grupo de Expertos de Derechos Humanos sobre Nicaragua (GHREN) el país centroamericano es ejemplo de las violaciones documentadas contra la libertad académica, derecho humano independiente e interdependiente relacionado con otras libertades y derechos humanos.
Aula Abierta presenta el Protocolo para Prevención y Atención en Caso de Violencia, Acoso Sexual y Laboral en Universidades
La seguridad y el bienestar de todos los miembros de la comunidad universitaria son fundamentales. Por eso, se ha establecido un protocolo integral para prevenir y atender casos de violencia, acoso sexual y laboral en nuestras universidades; donde prevalezca la cultura de respeto y equidad, los valores de igualdad y se sensibilice sobre estas problemáticas, a través de capacitaciones y talleres para concientizar a estudiantes, profesores y personal administrativo.
Es de vital importancia llamar a la conciencia sobre la violencia de género en las universidades. Debemos reconocer y abordar los desafíos que enfrentan las mujeres universitarias, incluyendo la violencia y los estereotipos de género. Es fundamental que como sociedad y comunidad universitaria, brindemos un firme apoyo a las mujeres, asegurando que se sientan seguras y valoradas en su entorno educativo.
Para lograr un cambio real, debemos trabajar todas y todos para romper los estereotipos arraigados y promover la igualdad de oportunidades para todos los individuos, sin importar su género. El momento para crear un ambiente universitario inclusivo es hoy, donde las mujeres puedan desarrollar su potencial sin obstáculos ni discriminación.