Desinversión presupuestaria estatal afecta gravemente a la universidad pública en Brasil
Durante los últimos años, ha decaído la situación de las universidades públicas en Brasil, debido a diversos factores económicos, políticos y sociales; por lo que se ha observado un desmejoramiento en el nivel de educación de las universidades, afectando el derecho a una educación pública de calidad, entre otros derechos de los estudiantes universitarios.
Las universidades públicas de Brasil han sufrido una serie de medidas por parte de la administración de los últimos gobiernos brasileños, que han reducido y limitado el presupuesto de las universidades, puesto que el gasto público e inversión a las universidades federales han sido recortados. De acuerdo con un reporte realizado por Rede Brasil Atual, desde el año 2014 hasta 2018, se ha registrado un descenso en las inversiones de un 15%, pasando de R $ 39,2 mil millones a R $ 33,4 mil millones; siendo aún mayor el descenso durante el gobierno de Bolsonaro.
Según el portal de noticias brasileño G1, en el año 2017 las universidades federales recibieron la inversión más baja en siete años. Entre las 63 instituciones de educación superior de Brasil, la mayoría funciona con pérdidas reales en comparación con el 2013. La reducción de la inversión es contraria a la política de expansión de universidades federales, iniciada en 2008 que incluía la creación de nuevas universidades.
Para el año 2018, solo la mitad del presupuesto dirigido a las universidades estaba disponible directamente para su uso, el resto del dinero debía ser controlado por el Ministerio de Educación, el cual decide caso por caso hacia dónde deben dirigirse los recursos, debiéndose evaluar la situación que tienen las universidades federales para la asignación de los fondos, de acuerdo a la prioridad que tenga. Esta medida comporta una pérdida de la autonomía universitaria, llevando a despedidos de los empleados, proyectos inconclusos; incluso, se han presentado irregularidades en la gestión de los recursos.
Los recortes del presupuesto para la educación universitaria por parte del gobierno de Bolsonaro, han desatado protestas estudiantiles en su contra, como por ejemplo, la concentración de estudiantes del Colegio Pedro II, el Centro Federal de Educación Tecnológica (CEFET) Maracaná, el Instituto Federal de Río de Janeiro (IFRJ), con el apoyo de los miembros de otras universidades en Río de Janeiro en mayo de 2019.
En este sentido, la crisis presupuestaria de las universidades federales ha afectado incluso a la Universidad de Sao Paulo, considerada hasta hace poco una de las mejores instituciones de educación superior de América Latina, y la mayor universidad pública de Brasil, con una población estudiantil aproximadamente de 90.000 personas que estudian de manera gratuita. Sin embargo, actualmente los fondos dirigidos a la universidad son insuficientes para cubrir los salarios del personal docente y administrativo; así como tampoco cubren los gastos para su modernización, ni para el fomento a las investigaciones.
De igual forma, dichas medidas han afectado a otras casas de estudio como la Universidad Federal de Bahía (UFBA), donde la facultad de posgrado está simplemente paralizada, debido al recorte de inversión sufrido del 75%. Otro caso es el de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), que ha tenido que paralizar todos los programas de posgrado de la universidad.
Asimismo, el diario argenido Télam, reseñó que las autoridades brasileñas han violentado el derecho a la libertad de expresión de los estudiantes y la autonomía de los espacios universitarios, en episodios como el ocurrido en octubre del año 2018, cuando al menos 17 universidades públicas en Sao Paulo, Río de Janeiro, Paraná, Mato Grosso, fueron allanadas por las autoridades para retirar banderas y afiches contra el fascismo, ordenados por la Justicia electoral y ejecutados por la policía, basándose en que se estaba violando la verdad electoral.
Por otra parte, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en su última visita a Brasil en noviembre del 2018, observó con preocupación la existencia de discursos de intolerancia y odio que afectan a las libertades de expresión, manifestación, reunión y asociación de distintos grupos de la sociedad como la comunidad universitaria y académica, entre otros.
Ahora bien, La Asociación de Estudios Latinoamericanos (LASA) se ha pronunciado sobre la censura y agresiones físicas e intimidaciones verbales contra miembros de las comunidades universitarias brasileñas, las cuales constituyen una amenaza a la libertad académica. Desde las pasadas elecciones generales en Brasil en octubre de 2018, se han suscitado episodios violentos en las universidades, dado que las fuerzas de seguridad armados ingresan en los espacios universitarios, amenazando a profesores acusados de realizar declaraciones políticas dentro de las aulas de clases, siendo acusados de “adoctrinamiento”. Incluso, los funcionarios policiales obligan a los estudiantes a señalar a aquellos profesores que presuntamente violan algún patrón de instrucción apolítica.
En consecuencia, dichas conductas de vigilancia y amenazas a la comunidad universitaria por parte de las autoridades gubernamentales dificultan el desarrollo educativo e impide la innovación académica a través de la investigación realizada en las universidades; así como también, se ha violentado la libertad académica y el derecho a la libertad de expresión y el derecho a la educación; los cuales se encuentran garantizados en la Constitución Política de Brasil de 1988.
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