Asesinato, represión y persecución de universitarios en Nicaragua: A un año de las protestas del 18 de abril
Por: Sophia Lobo
A un año del inicio de las protestas en Nicaragua, una vez más quedó en evidencia el poder que puede llegar a tener el pensamiento crítico cuando se enfrenta regímenes dictatoriales.
El pasado 18 de abril de 2018, iniciaron multitudinarias protestas contra el gobierno de Daniel Ortega, encabezadas por la comunidad universitaria nicaragüense, teniendo como resultado haber sido uno de los principales blancos de ataques de la dictadura. Esta situación ha ratificado la condición de los universitarios como grupo vulnerable por su contribución al pensamiento crítico en contra de las arbitrariedades, al haber sido víctimas de reiterados ataques como: represión, detenciones arbitrarias, así como tortura, tratos crueles, inhumanos y degradantes, e incluso la muerte.
Asesinato de universitarios
Al menos 6 estudiantes fueron asesinados en Nicaragua en el contexto de las manifestaciones. Entre ellos se encontraba Cristhian Cadenas.
Cristhian cursaba el tercer año de la carrera de Agroecología de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN) -León e integraba el Centro Universitario de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (CUUN). Durante la tarde del 20 de abril de 2018 el CUUN fue incendiado. Al día siguiente, su cuerpo fue encontrado calcinado en el Billar Lezama, uno de los locales contiguos al CUUN que fue alcanzado por el fuego.
Si bien un peritaje concluyó en que el joven falleció por inhalación de gases tóxicos, existen dudas sobre las causas de su muerte. Según información proporcionada, su cuerpo estaba mutilado, sin brazos, piernas y, también, sin dientes. Pudo ser identificado a través de un pañuelo y un pantalón que, según información, “llamativamente no estaban quemados”.
Mientras que las autoridades del CUUN acusan a los estudiantes que se manifestaban en contra del gobierno, los estudiantes indican a los propios dirigentes del CUUN, liderados por miembros del partido de gobierno, como responsables del incendio y de la muerte de Christian, motivada en que éste se habría rehusado a seguir participando de la represión desplegada contra los manifestantes.
Encarcelación y torturas, tratos crueles, inhumanos y degradantes en detrimento de universitarios
En la misma línea, al menos 55 estudiantes fueron detenidos arbitrariamente en el marco de las manifestaciones de 2018 contra el gobierno de Daniel Ortega. Los universitarios detenidos denunciaron haber sido víctimas de fuertes agresiones físicas y psicológicas durante el momento de su reclusión.
“Me enchufaban con electricidad todos los días (…) en los genitales, y en el pecho y en todos lados”
Así denunció Marco Novoa, estudiante universitario que fue capturado el 24 de mayo de 2018 por fuerzas pro gobierno.
Novoa afirmó para una entrevista con Noticias Telemundo Investiga que fue encerrado por quienes parecían policías en una celda oscura, que olía a orine, y desde la cual escuchó “los gritos de una chavala que estaban violando”. Posteriormente él mismo también fue víctima de esa misma violencia.
El estudiante de 25 años de edad, aseguró haber sido violado, golpeado, electrocutado, amenazado de muerte, y waterboarded (simulación de ahogamiento), por ocho días a mano de fuerzas pro gobierno tras haberse involucrado con la resistencia estudiantil.
“Sentí que se me iba salir el corazón (…) Me metieron un mortero en el ano y me patearon el mortero adentro hasta que yo sangraba (…) Eso fue lo que me dolió más, eso fue lo que me hizo quebrar totalmente.”
Además, le “apuntaron a los testículos para jugar la ruleta rusa”, que implica poner una bala dentro de una pistola y rotar el cilindro al azar.
Durante los ocho días de tortura le obligaron a grabar videos con un libreto escrito que inculpaba a los estudiantes, y a miembros de la oposición como el académico Félix Madariaga. También le pidieron información sobre los bastiones estudiantiles de la oposición: “Tenía que hacer un mapa de la UNAN (Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua) y de la UPOLI (Universidad Politécnica de Nicaragua)”, ambos puntos claves del movimiento estudiantil que manifiesta su postura crítica contra el Gobierno nicaragüense. Novoa asegura haberles mentido a los custodios sobre la información que le pidieron de sus compañeros manifestantes. Marco Novoa huyó a los Estados Unidos y asegura tener “problemas psicológicos, en los pies, y en los genitales”.
Represión de manifestaciones e irrupciones a los recintos universitarios
La represión durante las protestas de 2018 alcanzó tal magnitud que obligó a los estudiantes universitarios a refugiarse en los distintos campus universitarios para evitar lesiones o incluso la muerte.
Los cuerpos de seguridad del Estado nicaragüense, al percatarse de dicha situación, amedrentaron en al menos 6 oportunidades contra distintos campus universitarios desde abril a julio de 2018, lanzando bombas de plomo de distinto calibre que dejaron múltiples heridos y personas fallecidas.
Despidos injustificados de profesores nicaragüenses
Pensar distinto es lo único que hace falta para ser víctima de las violaciones de derechos humanos por parte del régimen nicaragüense. En este sentido, los estudiantes universitarios contaron con el apoyo directo o indirecto de los profesores universitarios, situación que los comprometió al nivel de conocerse que al menos 60 profesores universitarios fueron despedidos hasta agosto de 2018.
Uno de estos casos fue el de Josvell Saintclair, quien fue profesor de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAM), ejercía en el Departamento de Física de la Facultad de Educación e Idiomas y había sido Coordinador de la Maestría en Enseñanza de las Ciencias durante 8 años. Fue despedido el 03 de agosto de 2018 vía correo electrónico por motivos políticos.
“Mi participación en las marchas (protestas pacíficas) contra el gobierno de Daniel Ortega fue evidente y publica en redes sociales. En esas redes recibí un par de amenazas por mi participación en ellas, diciendo alguno que ‘era candidato para la cárcel política’, me señalaban como patrocinador de armas de los estudiantes lo cual no era así, de lo contrario no habrían terminado masacrados. Mi despido es una consecuencia de mi participación dentro de las manifestaciones del gobierno de Daniel Ortega.”, manifestó Saintclair en entrevista para Aula Abierta Latinoamérica
Este hecho no solo resulta violatorio de la autonomía de las universidades, sino también del derecho a una educación de calidad, debido a además de los despidos de profesores, Saintclair afirmó que los están sustituyendo con personas “no capacitadas, serviles al régimen que no van a dar una educación de calidad. Solo van a instalar en la universidad un adoctrinamiento político. Este patrón se repite en los hospitales, educación básica y media, entre otros.”
Tal como denunció Aula Abierta Latinoamerica en la primera audiencia histórica sobre libertad académica en las Américas en el 171 periodo de sesiones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), rechazamos cualquier acto de criminalización de la protesta, torturas, tratos crueles, inhumanos y degradantes, así como otras formas de violencia contra estudiantes y/o profesores universitarios por parte del Estado nicaragüense.
Para obtener información más detallada sobre los casos expresados anteriormente, véase el “Informe preliminar: Criminalización de la protesta, irrupciones al recinto universitario y prácticas de discriminación contra los universitarios en Venezuela y Nicaragua.”