Estudiantes jamaiquinos sufren discriminación por parte del Estado Cubano
Aproximadamente, 40 estudiantes de medicina jamaiquinos, los cuales cursan sus estudios universitarios en Cuba, solicitaron al gobierno de Jamaica ser repatriados por motivos de la escasez de alimentos, la xenofobia y los productos de saneamiento limitados que hay en la isla cubana, situación agravada por la pandemia del COVID-19.
Como medida preventiva para frenar el aumento de casos de coronavirus en Jamaica, las fronteras fueron cerradas desde el 24 de marzo y permanecerán así hasta el 31 de mayo. Sin embargo, los estudiantes solicitaron al Primer Ministro de Jamaica, Andrew Holness, regresar a su país, y alegaron que en Cuba no están dadas las condiciones para desarrollar una vida digna.
En Cuba, la compra de alimentos y productos de higiene está regulada por “la libreta” de abastecimiento, a la cual sólo los ciudadanos cubanos tienen acceso,, por lo que los estudiantes jamaiquinos no pueden adquirir los productos de primera necesidad.
Además, en Cuba existe una escasez de alimentos, la cual se ha exacerbado en el marco de la pandemia del coronavirus, según informaron los estudiantes al medio jamaiquino “The Gleaner”.
“Nos estamos quedando sin comida (…) Los ciudadanos cubanos obtienen algunas cosas gratis al usar un folleto cuando van de compras, pero eso no se aplica a nosotros. No podemos obtener arroz, pan, huevos, harina, papas irlandesas y esas cosas a menos que tengan exceso”, denunció a The Gleaner un estudiante que solicitó el anonimato.
También, el estudiante entrevistado aseguró que algunos jamaiquinos han experimentado altos niveles de discriminación por parte de los residentes y empleados de las tiendas que les impiden comprar suministros para abastecerse. Además, comentó que corren el riesgo de exponerse a contagiarse de Covid-19, pues deben permanecer en largas filas hasta por cuatro horas.
“Lo peor es que estarás en una fila y solo escucharás que todo está hecho. Estamos viviendo de la comida que trajimos aquí desde Jamaica antes de la pandemia, y ahora tenemos cantidades muy limitadas”, denunció el estudiante.
Afectaciones al derecho a la educación en Cuba
Por otra parte, los estudiantes denuncian que en Cuba las actividades académicas fueron suspendidas producto del COVID-19 y la modalidad de educación a distancia no se ha desarrollado por la falta de acceso al servicio de internet en el país. “La escuela ha estado cerrada desde el 22 de marzo. No hay clases en línea, e incluso si las hubiera, es muy costoso tener Internet fuera del parque de Wi-Fi. Casi nunca hay pesos convertibles cubanos en los cajeros automáticos, incluso si nuestros padres nos envían dinero, por lo que esperamos que el gobierno nos traiga a casa “, dijo el estudiante.
Discriminación de estudiantes extranjeros en Cuba
En Cuba, actualmente, hay 11.223 estudiantes extranjeros de 133 países. Desde hace varios años, estudiantes de distintas nacionalidades han realizado denuncias sobre las condiciones de insalubridad, incidentes de inseguridad, ineficacia en los servicios estudiantiles, hacinamiento, deficiencias en el servicio de internet, represión, entre otras situaciones.
En cuanto a las condiciones de insalubridad, la estudiante africana Yane Balodia hizo referencia a las precarias condiciones de los baños, así como a las condiciones de “hacinamiento” en la que viven los estudiantes, pues comentó que las habitaciones tienen capacidad para 8, 10, 12 y 16 personas: “Se puede decir que hay un hacinamiento. Uno no bebe agua para no entrar al baño porque las condiciones no son buenas. (…) Las tazas siempre están tupidas, una semana tras otra siempre tupidas, hay siempre caca en las tazas. (…) Las cosas se rompen (…) y para arreglarlas es un problema serio”, aseguró Balodia.
Los estudiantes entrevistados también denunciaron las deficiencias en los servicios estudiantiles, como por ejemplo, fallas en la alimentación brindada por el comedor, servicio de transporte casi inexistente, así como deficiencias en otros servicios, como el agua y el internet.
“Tendrían que mejorar un poquito en la alimentación del comedor, algo que pienso yo que es un poco imposible, pero quizás pudiera al menos mejorar (…) el transporte es difícil, muy difícil”, expresó la estudiante Balodia.
Sobre el servicio de agua, la universitaria africana Mandi Sambila agregó que “de las nueve a las cinco de la mañana no hay agua, entonces imagínese usted. (…) mucho robo de zapatos, de ropas”. Finalmente, Yan Silui, también de nacionalidad africana, alertó que “internet como tal, para entrar en Google, Facebook, no hay”.
Denuncias de este tipo, ya se habían presentado. Según reportó Aula Abierta Latinoamérica, el 8 de abril del 2019, estudiantes de la República del Congo que cursan estudios universitarios de medicina en un programa de intercambio en Cuba manifestaron pacíficamente para exigir el pago de su beca correspondiente, luego de tener, aproximadamente, 27 meses sin ser canceladas según denuncias realizadas.
Distintos medios de comunicación reseñaron que las fuerzas especiales antimotines conocidas como «Boinas Negras» reprimieron a los estudiantes que protestaron pacíficamente, así, resultar heridos y trasladados a centros de salud.
Las denuncias señaladas reflejan un patrón de discriminación por parte del Estado cubano hacia estudiantes extranjeros que cursan estudios universitarios en Cuba, de conformidad con lo establecido en la Observación General Nro. 13 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, donde se establece que “La educación debe ser accesible a todos, especialmente a los grupos no vulnerables de hecho y de derecho, sin discriminación por ninguno de los motivos prohibidos”. Por lo tanto, este tipo de actuaciones por parte del Estado cubano vulneran el derecho a una educación de calidad y la libertad académica al no garantizar las condiciones mínimas para desarrollar efectivamente el proceso educativo.
Para más información, consulta el informe preliminar: “Resumen Ejecutivo: Discriminación contra estudiantes jamaiquinos por parte del Estado cubano (Abril 2020)”, un producto del Observatorio Latinoamericano de Libertad Académica y Derechos Universitarios de Aula Abierta Latinoamérica y de la Red Latinoamericana de Universitarios por la Libertad Académica.
Por Vanessa Calatayud