Argentina: Educación pública en crisis.
Las 57 universidades públicas de Argentina, tienen más de tres semanas de paro y protestas, en reclamo de un aumento salarial y reajuste del presupuesto de las universidades. El descontento de la comunidad universitaria argentina fue expresado de diversas formas: dictando clases en la vía pública y manifestando, muchas veces en las cercanías de las sedes universitarias.
La educación universitaria gratuita, sostenida por el presupuesto del Estado, es el orgullo de muchos argentinos, pero en un marco país donde el gobierno se comprometió a reducir el gasto público, mediante un ajuste fiscal, que serían las condiciones de rescate financiero de 50mil millones de dólares por el Fondo Monetario Internacional (FMI), esa financiación corre peligro, por lo cual la comunidad universitaria salió a las calles.
Una de las promesas del presidente argentino, Mauricio Macri, fue el aumento de la inversión pública y privada en el área de Ciencia, Tencnología e Innovación. Por lo tanto, los profesores universitarios critican al Gobierno por no cumplir con la promesa de inyección de dinero en el área, y exigen la aprobación de un proyecto de ley que ya se encuentra en el Senado, que regula el financiamiento del sector hasta 2030; y un aumento salarial del 30%.
El Ministerio de Educación, propuso una oferta salarial, que al principio fue de un 10,8%, que posteriormente aumentó a un 15% dividido en tres partes: 5% en mayo, 5,8% en agosto y un 4.2% en octubre. Los docentes la rechazaron rotundamente por considerarla fuera de lugar, dado al contexto de crisis económica que vive Argentina, donde la inflación del 2018 estima llegar al 31,8%. La oferta del gobierno no tiene “cláusula gatillo”, es decir, que el salario no se irá aumentando conforme suba la inflación y como consecuencia, los profesores no tendrán seguridad de mantener su poder adquisitivo.
Las principales federaciones gremiales universitarias del país, además de llamar a paro, convocaron una marcha para este 30 de agosto al Palacio Pizzurno, sede del Ministerio de Educación de la Nación, exigiendo más presupuesto. La movilización en las calles fue convocada por la Confederación Nacional de Docentes Universitarios (Conadu), la cual llamó a un plebiscito para decidir si se retomarían las clases del segundo cuatrimestre, después de las vacaciones de invierno. El “no” prevaleció, por lo cual las universidades se mantienen en paro.
Por otro lado, Conadu Histórica se unió a la huelga en respuesta a una reunión el 13 de agosto entre representantes de diferentes federaciones universitarias y funcionarios de la Secretaría de Políticas Universitarias. En el encuentro, que fue el primero después de tres meses de casi absoluto silencio, se le pidió a la comunidad universitaria que levantaran la huelga, mientras que la oferta de la parte gubernamental se mantuvo estática, con el mismo aumento de 15%.
La reunión no tuvo resultados fructíferos, según la secretaria general de la Asociación Gremial de Docentes de la UBA, Ileana Celotto: “La oferta del 15 por ciento que nos hizo el Gobierno quedó atrás. En la última reunión nos bajó la oferta a 10,8 por ciento para luego volver a sentarnos y seguir hablando, aceptar esa oferta implicaría decir que la carga del ajuste la tenemos que pagar los docentes universitarios” A su vez, Celotto afirmó que el Gobierno está aplicando un ajuste en la educación y la salud.
Conadu y Conadu Histórica agrupan al 90% de los docentes de las 57 universidades nacionales.
Infraestructura
Dentro de las exigencias de aumento del presupuesto, abarcan los problemas de infraestructura, donde solicitan al Estado el envío de los fondos que ya fueron aprobados por el Congreso Nacional, todavía sin pagar, por lo que las universidades se quejan de que no se está cumpliendo con lo establecido legalmente.
El Consejo Interuniversitario Nacional, por medio de un comunicado, denunció que hay obras que no han comenzado, presentan retrasos o simplemente están detenidas. El Ministerio de Educación de la Nación, aseguró que las obras ya comenzadas siguen en marcha y a ritmo regular, pero admitieron que si se han postergado las obras nuevas planeadas para este año 2018.
Los docentes y federaciones gremiales muestran su preocupación ante el “sinceramiento” económico ordenado por Macri, que amenaza con dejar sin presupuesto a la Universidad de Buenos Aires (UBA), casa de referencia académica en América Latina y la casa de estudios superiores más grande de Argentina. El decano de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, Juan Carlos Reboreda, advirtió que “…las becas de investigación Centro Nacional de Investigaciones (Conicet) están por debajo de la línea de pobreza y los subsidios para investigar, frenados”.
Los decanos afirmaron que la subida de más del 600% en las tarifas de electricidad, gas y agua, decretadas por el Ejecutivo en abril de este año (2018), no se tomó en cuenta en la partida aprobada en el Congreso. La Facultad de Ciencias Exactas de la UBA, hace cuatro meses que no tiene gas. Por otro lado, Graciela Morgade, decana de la Facultad de Filosofía y Letras, afirma también que los gastos de funcionamiento no se reducen al pago de los servicios, además insumos de oficina, “Si no tengo tinta para imprimir certificados, no puedo funcionar”, dijo.
La comunidad universitaria denuncia el recorte de inversión y el desdén del gobierno en la eduación pública. La secretaria General de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV), Gabriela Mariño, señaló el martes pasado que el persistente conflicto por los salarios “es una alerta para los docentes y las instituciones de educación superior pública”
Por otro lado, desde el Rectorado de la Universidad de Buenos Aires, Emiliano Yacobitti, más inclinado al consenso con el Gobierno, dijo que “lo que se hizo fue un ordenamiento. Se trata de un nuevo gobierno que está definiendo los programas y confiamos en que continuarán”.
Queda esperar el desenvolvimiento del conflicto, para que las universidades públicas y el gobierno argentino lleguen a un consenso, donde se siga garantizando una educación de calidad en el país al sur del continente.